Todos los procesos de diseño siguen un orden cronológico. Sin embargo, como todo en la vida, antes de empezar a caminar, debemos saber hacia dónde vamos y entender los objetivos. Cuando hablamos de jardines terapéuticos, hay que comenzar por entender la definición de jardín terapéutico, para luego explorar y comprender las necesidades y los intereses de nuestros usuarios.
Imagen 1. Proceso de diseño. Elaborado por Jardines Terapéuticos Palmlöf.
De los tres ejemplos que siguen, el primero proviene de la Asociación Americana de Terapia Hortícola (AHTA), siendo esta la definición más aceptada de jardín terapéutico. La segunda definición fue redactada por Jardines Terapéuticos Palmlöf (JTP) en España y la tercera por la Asociación Española de Horticultura y Jardinería Social y Terapéutica (AEHJST).
“Entorno dominado por plantas, diseñado con el objetivo de facilitar la interacción con los elementos curativos de la naturaleza.”
(AHTA)
“El jardín terapéutico es un espacio que tiene dos protagonistas: el usuario y la naturaleza. Las características y los elementos de este tipo de jardines sirven como apoyo y motivación para los usuarios.”
(JTP)
“Un jardín es terapéutico cuando ha sido diseñado para satisfacer las necesidades de un grupo específico de personas. El diseño se adapta a los objetivos de los participantes y facilita la interacción entre los usuarios y la naturaleza.”
(AEHJST).
La diferencia entre un jardín terapéutico y un parque o espacio verde de paseo, deporte y disfrute general es la amplia diferencia entre sus elementos, tanto en la variedad de plantas como en otros elementos (pavimento, macetas, pérgolas y fuentes, entre otros). El motivo de integrar este conjunto de elementos en un mismo jardín es la posibilidad de poder incorporarlos en intervenciones terapéuticas y ejercicios físicos. El desafío del diseño es reunir todos los elementos deseados para formar un ambiente agradable y armonioso a lo largo de las diferentes estaciones del año y que, al mismo tiempo, sea universalmente accesible y habilitador, es decir, que refuerce las habilidades de los usuarios. Este espacio dedicado al fortalecimiento de las habilidades incluye funcionalidad, estética y contexto histórico y cultural. Por lo tanto, el diseño es fundamental porque es la base sobre la que se construyen las terapias.
A través de investigaciones sobre los jardines terapéuticos, los investigadores han podido evaluar y validar el diseño y el efecto terapéutico de este tipo de jardines. Una de las referencias pioneras es “Healing Gardens” de Clare Cooper Marcus y Marni Barnes. En el recuadro siguiente se muestran dos referencias a los conceptos científicos y a las características teóricas de los jardines terapéuticos.
La teoría que incluye jardines de apoyo (Ulrich, 1999) se basa en cuatro recursos fundamentales para reducir el estrés y mejorar el bienestar:
- Sensación de control y acceso a la privacidad
- Apoyo social
- Ejercicio y movimiento físico
- Acceso a la naturaleza y otras distracciones positivas
No todos los jardines serán terapéuticos. En una investigación de P.Grahn y Stigsdotter (2009) en Alnarp SLU, se encontró que hay 8 dimensiones (o cualidades) importantes que las personas buscan en la naturaleza:
1) Paz, tranquilidad y cuidado personal
2) Naturaleza silvestre sin intervención humana
3) Riqueza y variedad de especies
4) Un espacio que parece un mundo aparte
5) Un campo verde que invita a la actividad
6) Un refugio oculto para disfrutar en soledad.
7) Aspectos sociales
8) Aspectos culturales
Contenido del Manual
El presente manual fue concebido para cualquier persona interesada en establecer y mantener un jardín terapéutico, desde tutores y personas con diferentes tipos de discapacidades hasta los usuarios finales de los jardines. Por esta razón, se procuró evitar el lenguaje técnico y especializado en la medida de lo posible.
La intención del Manual es describir la metodología y las consideraciones específicas a la hora de diseñar un jardín terapéutico. No pretende ser un manual de construcción detallado. Es posible usar el Manual como una guía paso por paso, pero es necesario tener en cuenta que no cubre toda la información técnica que puede ser necesaria en el proceso. Por ejemplo: Es importante determinar si el espacio del jardín necesita drenaje para la comodidad del usuario, pero este manual no incluye una guía sobre cómo construir drenaje, ya que para ello se debería recurrir a manuales específicos sobre la construcción de jardines.
Un diseñador suele trabajar con planos/dibujos y todas las intervenciones previstas se especifican en un dibujo detallado a escala. Este paso podría saltarse, ya que todas las medidas y dibujos se podrían hacer directamente en el suelo. Si el proyecto del jardín es muy grande, (más de 1000 m²) se recomienda pedir ayuda a la hora de realizar los planos arquitectónicos.
Buscar el equilibrio entre proporcionar una guía completa y dirigir a los posibles diseñadores a fuentes más esenciales, detalladas y técnicas no es fácil. La esperanza es que este manual proporcione los conceptos básicos y brinde información sobre otras fuentes para aquellos interesados en establecer un jardín terapéutico.
El diseño de zonas en un jardín terapéutico
«Cuatro zonas — cientos de terapias» es el lema de los jardines terapéuticos de Jardines Terapéuticos Palmlöf. Existen diversas maneras de diseñar el jardín para facilitar la estructuración en espacios o zonas y agrupar las terapias al aire libre de forma que ofrezcan los mayores beneficios. Dependiendo de las necesidades del grupo, estos cuatro módulos se pueden ampliar a muchos más, por ejemplo: un módulo de motricidad, un módulo de relajación/atención plena, un módulo contemplativo, etc.
1. El Patio de los Sentidos = Zona Sensorial
2. El Árbol = Zona de Terapia Hortícola
3. El Circuito = Zona de Actividad Física
4. El Bosque de los Recuerdos = Zona de Reminiscencia
A continuación, se ofrece una breve introducción del papel de cada zona en la intervención terapéutica:
A. Zona sensorial
La zona contiene una variedad de plantas perennes a diferentes alturas que facilitan la estimulación de nuestros sentidos. Las plantas elevadas facilitan el cuidado, la recolección y el disfrute de sensaciones olfativas. Sus diferentes aromas se utilizan en ejercicios de relajación y también para la elaboración de infusiones y jabones. Por otro lado, hay plantas aromáticas a ras de suelo para disfrutar de los olores al pisarlas y también hay arbustos donde el olor se desprende al frotarlas con las manos o las piernas. Además, hay una variedad de texturas que se encuentran a lo largo de la zona. Los suaves pétalos de las rosas o la corteza áspera del árbol robusto son solo algunos ejemplos que nos ayudan a tomar conciencia del presente y nos brindan mucho material para incorporar a las actividades manuales.
B. Zona de Terapia Hortícola
El concepto de terapia hortícola es un tema que se ha desarrollado en la literatura y en proyectos en todo el mundo. Por esta razón, mencionaremos este módulo en muchas secciones como en el capítulo “Plantas” y también en la metodología. En este módulo podemos encontrar bancales elevados para la plantación, grifos con agua, pequeños invernaderos, además de lugares para guardar las herramientas y asientos para descansar después de una actividad. Normalmente es un área grande con pavimento duro para que todos puedan moverse y cuidar las hortalizas, frutas y flores.
C. Zona de Actividad Física
Esta zona incluye un camino cerrado al aire libre acompañado de pasamanos para brindar seguridad al caminar y hacer ejercicios de equilibrio. En el medio hay una zona de césped para actividades como yoga, thai chi, estiramientos o relajación. También hay un área para otras actividades físicas como ejercicios de fortalecimiento de piernas y pies. Todo está diseñado para un ejercicio que va de suave a moderado, donde la plantación del jardín que hay a ambos lados del camino fomenta el entrenamiento. Lo ideal es que el espacio se complemente con material deportivo diverso como gomas, pelotas, etc.
D. Zona de Reminiscencia
Esta zona está vinculado a la terapia hortícola. Aquí encontramos varios árboles que contienen frutos o cultivos asociados a la tradición y las costumbres de la región, como el olivo, la higuera, la vid o el avellano en España. Se introducen elementos como un muro, una cerca o un pozo para la representación cultural del área geográfica. El objetivo es introducir elementos que inspiren conversaciones, como una estación meteorológica, casas para pájaros, herramientas para cosechar, entre otros. Con ello se busca estimular recuerdos y emociones positivas.
Además de la estimulación y la motivación que aportan las plantas y los diferentes elementos, es importante que el diseño transmita comodidad al usuario. Debe haber un banco, una barandilla (cuando sea necesario), sombra cuando el sol caliente y un pavimento donde no haya riesgo de resbalones. Los desafíos físicos deben ser apropiados para cada espacio y siempre debe haber accesibilidad para todos, independientemente de las capacidades físicas y cognitivas. Gracias al cuidado de cada detalle del diseño se puede promover y facilitar la autonomía de las personas.
El jardín terapéutico es un jardín vivo y cambiante donde los usuarios contribuyen con su propia participación (por ejemplo, letreros que indican el tipo de planta hechos a mano por los usuarios) y donde los profesionales adaptan el espacio según la necesidad (cambiar sillas para buscar sombra o sol, desplegar una mesa para posar bebidas cuando haga calor, decidir plantar una nueva rosaleda… etc.).
[1] Terminología: El término utilizado para el manual es “jardín terapéutico” (“healing garden” en inglés). Dependiendo del contexto, se podrían utilizar diferentes términos como jardín restaurativo o jardín curativo. Mayoritariamente, todos suelen expresar lo mismo y se pueden aplicar las definiciones anteriores.